«Ningún interés económico o político debería poner en riesgo la salud pública y, en cualquier caso, siempre deberían salvaguardar la protección de los menores, adolescentes y jóvenes»

Hoy os presentamos a una nueva ponente de nuestro Congreso sobre Salud Mental y Adicciones en Jóvenes. Se trata de Mª Paz de la Puente, directora de la Fundación Aldaba – Proyecto Hombre que centrará su ponencia en las ««Diferencias biopsicosociales en el trastorno por uso de sustancias entre la mujer y el hombre. Consideraciones para su abordaje terapéutico con base en la evidencia»«

Cuenta con una amplia experiencia como psicóloga, psicodramatista (AEP), experta en prevención y tratamiento de drogodependencias, y en dirección y gestión de equipos y entidades sin ánimo de lucro. Actualmente en la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre de Valladolid.

Su intervención dentro del Congreso se centra en «Diferencias biopsicosociales en el trastorno por uso de sustancias entre la mujer y el hombre. Consideraciones para su abordaje terapéutico con base en la evidencia», ¿puede darnos algunas pinceladas de lo más destacado de su ponencia?

Los hombres y mujeres somos ontológicamente iguales, esto es, iguales en dignidad, derechos y obligaciones, pero diferentes, podríamos decir, en todo lo demás. Y dichas diferencias se manifiestan en las relaciones que establecemos con nosotros mismos, con los demás, con la vida, con el mundo… y por supuesto con las drogas.

El recorrido e impacto que el consumo de drogas tiene en las personas va a depender de múltiples factores, siendo el sexo (ser hombre o mujer), uno de los más determinantes.

¿Cuál es la evolución de una adicción en el hombre y en la mujer?

Si atendemos a la sintomatología clínica y a los criterios diagnósticos, el trastorno por uso de sustancias (denominación que incluye tanto el abuso como la dependencia), puede considerarse similar en mujeres y en hombres.

Sin embargo, existen variables biopsicosociales que intervienen de manera diferente en hombres y en mujeres. La presencia de vivencias traumáticas en las mujeres, su menor apoyo social, las diferencias metabólicas, los cambios hormonales, las dependencia emocional y afectiva, los hijos etc. marcarán la diferencia. Algunas de estas cuestiones están ligadas a estereotipos de género, pero otras son resultado de procesos biológicos, neurológicos y hormonales propios del sexo femenino.     

«Las mujeres parecen ser más vulnerables que los hombres a los efectos de refuerzo de los psicoestimulantes, los opiáceos y la nicotina durante muchas fases del proceso adictivo«

Mª Paz de la Puente

En general podemos decir que las consecuencias médicas, psiquiátricas, funcionales y psicosociales asociadas a los consumos de drogas son más graves en las mujeres; los niveles de deterioro y las prevalencias de trastornos y comorbilidad psiquiátricos y psicológicos, también.

Según apunta existe una evidencia convincente de dimorfismo sexual en las características estructurales, químicas y funcionales del cerebro, en la cognición y en el comportamiento de las personas. ¿Por qué estas diferencias provocan que el acercamiento a las drogas y sus efectos sean diferente según el sexo de la persona consumidora?

Como ya hemos dicho, las drogas en general producen sus efectos porque provocan cambios en la función neurotransmisora que, a su vez, aumenta la actividad neuronal en el circuito de recompensa, y existen diferencias ligadas al sexo en este aspecto.

Las peculiaridades específicas en el proceso de la adicción según el sexo, se relacionan con las diferencias biológicas del cerebro y las diferentes hormonas sexuales circulantes. Estas diferencias se manifiestan tanto en los efectos de las drogas en el circuito de recompensa, como en su metabolismo, y en el grado de severidad en las distintas etapas del proceso: adquisición, escalada de consumo, abstinencia y recaída.

«La comunidad terapéutica, los compañeros, las familias, los terapeutas, etc. seremos los responsables de generar espacios y relaciones seguras»

Mª Paz de la Puente

Las mujeres parecen ser más vulnerables que los hombres a los efectos de refuerzo de los psicoestimulantes, los opiáceos y la nicotina durante muchas fases del proceso adictivo. Esto se debe a que las hormonas ováricas, el estradiol y la progesterona, tienen libre acceso al cerebro. Por ese motivo, las fases del ciclo menstrual en el que una mujer se encuentra,  puede afectar  a su  comportamiento frente a las drogas, y las hormonas actuar como reforzadoras, favoreciendo escaladas más rápidas.

En Proyecto Hombre Valladolid – Fundación Aldaba, ¿cómo es el día a día de una persona que necesita vuestra ayuda?

Aunque el día a día puede ser diferente entre unas personas y otras, todas ellas comparten el deseo de recuperar sus vidas, sus familias, su trabajo, la salud… y en definitiva volver a vivir y “ser felices con lo que hay”. La motivación, la historia de consumo, la salud física y mental, circunstancias personales y psicosociales etc. pueden describir perfiles de personas y entornos de diferentes niveles de complejidad y dificultad.

Si tuviésemos que trascender dichos aspectos y buscar características comunes, diríamos que las personas en Proyecto Hombre, se comprometen con el esfuerzo y la superación casi desde el principio. La comunidad terapéutica, los compañeros, las familias, los terapeutas, etc. seremos los responsables de generar espacios y relaciones seguras, que permitan que dicho esfuerzo se mantenga en el tiempo.

Cada día que pasa es un triunfo, cada objetivo alcanzado un éxito, cada grupo en el que se participa un paso más, cada responsabilidad conseguida mayor autoestima, cada cambio de fase una nueva ilusión.

A lo largo de los años y con su amplísima trayectoria ¿Cómo ve la evolución de las adicciones con y sin sustancia que nos rodean?

La evolución y el futuro de las drogas, con o sin sustancias, y de las problemáticas asociadas, seguirá siendo un problema de salud pública cada vez más extendido, grave, laberíntico y complejo.

Las dificultades asociadas a la regulación de las drogas (tanto legales como ilegales) y los mercados, las modificaciones químicas y estructurales de las nuevas sustancias psicoactivas, su dinamismo, expansión y accesibilidad, continuarán incrementando el alcance y el impacto de las drogas.

Es decir, nos enfrentamos a un futuro, que ya es, en el que cada vez hay más drogas, menor control, más disponibilidad, más consumidores y mayores problemáticas asociadas.

Las tecnologías, la investigación, los intereses políticos y económicos etc, irán  determinando el perfil de dicho entramado. Sino actuamos, prevenimos, regulamos, controlamos etc., con mayor rotundidad y determinación, continuarán agravándose los problemas de salud pública y la enfermedad, el sufrimiento y la muerte de muchas personas será fruto de intereses espurios.

Ningún interés económico o político debería poner en riesgo la salud pública y en cualquier caso siempre deberían salvaguardar la protección de los menores, adolescentes y jóvenes.

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